Milán, Italia
Salvatore Bocchetti, el estratega del Monza, destilaba una confianza contagiosa en su reciente encuentro con la prensa. A pesar de las numerosas bajas por lesión y las significativas transferencias de jugadores estrella al AC Milan y al Atalanta, bocchetti proyectó una imagen de optimismo a prueba de balas.Su mensaje fue claro y directo: el Monza, aunque golpeado, ¡sigue creyendo a muerte en sus chances! Un equipo con garra, listo para dejar el alma en cada partido.
El panorama en la enfermería no pinta fácil. «A día de hoy, nadie se ha recuperado», confesó Bocchetti con una mezcla de realismo y firmeza. «Veremos si hay novedades antes del partido. Turati ha entrenado, pero está en evaluación. Para la portería, estoy tranquilo porque tenemos a Pizzignacco como alternativa. No es plato de buen gusto esta situación, pero toca seguir trabajando a tope.» Una declaración que refleja la actitud pragmática del míster ante la adversidad. La baja de Turati es un golpe duro, pero Pizzignacco emerge como un suplente de garantías, según Bocchetti.
Sin embargo, Bocchetti se negó a anclarse en las bajas. Sus palabras brillaron con un optimismo que anima al más pesimista al hablar de los flamantes fichajes: «Estoy muy contento con los que han llegado porque han revitalizado al equipo. Veo al equipo con hambre y determinación. Incluso ante el Verona, el Monza mostró la actitud correcta. el equipo sigue creyendo». Esta inyección de moral, según Bocchetti, es vital para mantener intacto el espíritu de lucha del equipo.
Las salidas de jugadores rumbo al Milan y Atalanta eran cantadas, según Bocchetti. “No veo que hayamos desmantelado el equipo», soltó con seguridad.»Los jugadores que se fueron son cracks, pero necesitábamos un cambio de aire. Y cuando clubes como el Milan o Atalanta tocan a tu puerta, es difícil decir que no. A la vez, espero mucho de los que se han sumado al proyecto”. Una declaración que revela una estrategia de reestructuración bien pensada, aceptando ofertas tentadoras pero confiando a ciegas en las nuevas piezas del tablero.
La llegada de Zeroli, en particular, ha traído una nueva chispa al equipo: «Se ha puesto a disposición de inmediato, y contamos con él al 100%. Jugarán los que demuestren que tienen ADN Monza”. Una señal inequívoca de que la puerta está abierta de par en par para aquellos que demuestren su valía en el campo.
El reto es grande, qué duda cabe: «Tantos cambios implican más trabajo, sobre todo porque el tiempo apremia», admitió Bocchetti. Pero el mensaje final es puro power y confianza. El Monza,con todos los contratiempos,afronta el choque contra la Lazio con una actitud guerrera y la convicción de dar la campanada. Un equipo en plena metamorfosis, sí, ¡pero un equipo hambriento de gloria!
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